viernes, 20 de diciembre de 2013

Invertir en formación es una necesidad

En artículos anteriores ya he aludido a la capacidad de autoformación que prácticamente todos tenemos a nuestro alcance gracias a la revolución y evolución de las TIC. Hoy en día podemos encontrar prácticamente cualquier información a través de la red. Si me ha llegado un producto nuevo que tengo que vender, pero del que la empresa no me ha dado la formación pertinente; si necesito nociones básicas de un idioma para comunicarme con mis clientes; si requiero de conocimientos ofimáticos para realizar informes que me solicita mi responsable; sea cual sea mi necesidad es muy probable que a través de Internet pueda encontrar la información o el curso más adecuado para satisfacer mi gap formativo.

Esta facilidad de acceso que todos los empleados tenemos ahora debe ser complementaria a la formación tradicional que las empresas han impartido tiempo atrás. Los directivos no pueden caer en el error de pensar que la capacidad de autoformación por parte de sus empleados puede llegar a suplir la formación que la organización tiene capacidad, y en ocasiones hasta obligación, de impartir a su personal.



La empresa no puede vivir en aquel pensamiento antiguo en el cual la (in)formación debe quedar en los altos estandartes de la escala jerárquica. Aquello de “quien tiene la información tiene el poder” ya no es tan cierto en un mundo como el actual, porque prácticamente cualquier persona puede tener acceso a ella. Lo verdaderamente importante es saber utilizar esta información, y para saber utilizarla se debe tener las habilidades necesarias que no te las da el poder que te otorga el cargo que ocupes, sino la formación que hayas recibido a tal efecto.

Es necesario que la empresa entendida como un todo reúna la suma de cada uno de sus empleados, quienes deben ser los más talentosos que existan en la población activa de su sector. Para ello se debe apostar por la inversión en dicho talento; se debe invertir en una formación útil y necesaria que haga además de los nuestros los más competitivos y que les haga sentirse valorados por la empresa al ver que ésta apuesta por ellos y vela por la mejora de su potencial.

La formación no debería llevarse a cabo como respuesta a la queja de un cliente, a unos malos resultados globales o a la detección de un mal clima laboral, por ejemplo. La formación debe actuar proactivamente, adelantándose y previniendo los posibles problemas que pudieran afectarnos en un futuro como empresa. Porque mediante la formación se aprenden nuevos contenidos, se corrigen malos hábitos, se previenen accidentes, aumenta la competitividad… ¿necesitamos más argumentos para afirmar que la formación es una necesidad y no una opción?

“Sólo hay algo más caro que formar a las personas y que se marchen; 
no formarles y que se queden”

1 comentario:

  1. La capacitacion y formacion a los empleados es vital para que los mismos se encuentren con mas confianza en la realizacion de sus tareas. Hoy es posible contratar Aulas formación para alquilar completas con todo lo necesario para brindar todo tipo de capacitaciones empresariales

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