jueves, 4 de diciembre de 2014

La Era de la Alianza

Recientemente uno de mis seguidores desde la República Checa me recomendó leer a Hoffman en su última obra: “The Alliance: Managing Talent in the Network Age” (La Alianza: Gestionar el talento en la era de la interconexión). Tras leer parte de este ensayo y su crítica me complace dedicar un artículo a la reflexión que los autores hacen en esta obra.

Reid Hoffman (cofundador de LinkedIn), Ben Casnocha (responsable de RRHH de LinkedIn) y Chris Yeh (empresario y emprendedor) afirman en este ensayo que hemos entrado en una Nueva Era en la que la desconfianza mutua reina entre empleados y organizaciones.


Estamos ya en esta nueva era en la que se debe perseguir el valor que ambas partes pueden y deben aportarse mutuamente para que la llamada Alianza funcione. Siendo así, el empleado invertirá en el éxito de la compañía, ofreciendo su creatividad, su tiempo y su compromiso y, por su parte, la empresa invertirá en el empleado ofreciéndole un salario, un desarrollo profesional y oportunidades de carrera.

El lema del empresario es ahora el de ayúdame a convertir la empresa en algo valioso y nosotros haremos que seas un valioso profesional. El del colaborador es “ayúdame a desarrollarme y crecer profesionalmente y yo ayudaré a la empresa a que se desarrolle y crezca”. Por lo tanto, se evidencia claramente una situación en la que ambos entran en un trueque que va mucho más allá de un intercambio de cantidad producida por salario recibido, siendo especialmente relevante la búsqueda de una relación Win-Win en la que la intangibilidad de lo solicitado por ambas partes adquiere protagonismo.

Se trata pues de un nuevo enfoque laboral en el que como gestores de personas debemos ser capaces de llegar a la máxima alineación de la empresa y del empleado no sólo desde el momento de la incorporación de éste, sino durante toda la relación laboral e incluso llegando más allá de la misma, pues la Alianza contempla el seguir aportando valor mutuo aunque se haya roto la relación laboral ya que en esta nueva era se concibe la posibilidad de reincorporación de lo que los autores llaman “empleados boomerang”. La empresa se beneficia de la vuelta de estos empleados que ya conocen la cultura y los valores, además de venir cargados de nuevos enfoques y nuevas formas de hacer. El empleado reincorporado también se beneficia pues su valor añadido adquiere más peso por aportar un talento enriquecido que a la empresa le conviene en su carrera por la adaptabilidad y la reinvención en la que necesariamente debe estar inmersa si desea continuar siendo competitiva. Las posibilidades de hacer carrera dentro de la empresa pueden verse aceleradas, reforzando así la Alianza.

Hoy en día, la fidelidad a la empresa (entendida como estabilidad temporal y permanencia del empleado) ya no es tan importante como era, sino que como empleadores se debe dar mucha más importancia al compromiso de los trabajadores (entendido como talento, valor aportado y productividad), ya que éste sí asegura el beneficio esperado por cualquier empresario. No cabe duda que tener empleados comprometidos, aunque su estancia sea corto-medioplacista, es mucho más importante que tener empleados no comprometidos y anclados en la compañía hasta que les llegue la edad de jubilación.

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