martes, 27 de enero de 2015

Comunicando marcas y emociones

Si antes era posible elegir entre productos y servicios basándonos en el precio o en la calidad, hoy la competencia entre empresas ha llegado a tal punto que todas consiguen tener productos con calidad y precios verdaderamente competitivos. Con estas diferencias casi inapreciables nos vemos muchas veces obligados a determinar nuestra elección atendiendo a aspectos de marca, la cual lleva implícita una relación emocional que nos identifica más con una que con otra.

La marca ya no es un aspecto más, la marca se ha convertido en el negocio y cuidarla es donde radica la competitividad empresarial y la posibilidad de mejorar en el ranking en cuanto al posicionamiento de la organización. 

Ante esta realidad el proceso de comunicación de marca multiplica de manera exponencial su importancia y, si antes el departamento de marketing era el encargado de trabajar sobre el diseño y comunicación de la marca, ahora ésta se ha convertido en competencia directa de todas las áreas de la empresa: marketing, diseño, comunicación, recursos humanos, relaciones externas, relaciones internas… Todas las personas que trabajen en la compañía tienen como misión defender y comunicar su marca.

Para ello, la forma en que la organización hable a través de la marca será la clave para crear un vínculo con el cliente sea éste interno o externo. La comunicación de marca debe ser honesta (a tono con la realidad), coherente (entre lo que se dice y lo que se hace), sin promesas que no puedan cumplirse y que además aporte cierto plus que la competencia no esté ofreciendo. Si el empleado se siente identificado con la marca a la que representa porque observa todos estos matices en la comunicación interna de su empresa, existirá ya un sendero mucho más fácil por el que llegar al público objetivo. Además, no debemos olvidar que un programa de branding bien implementado tendrá una fuerte influencia emocional y de identidad en los empleados, mejorando la moral y la motivación y evitando la rumorología y el mal clima laboral.

El logotipo de marca, el marketing que se realice, la indumentaria del personal, los recursos tecnológicos, la presencia en las redes sociales, los actos institucionales, la responsabilidad social corporativa…; todos y cada uno de los aspectos de la propia marca y de su comunicación deben estar alineados y apuntando hacia la misma dirección, porque ante cualquier incoherencia el cliente encontrará de manera fácil y rápida una marca sustitutiva.


Los departamentos de comunicación interna de las empresas junto con los departamentos de marketing y recursos humanos deben tener la estrategia de branding bien desarrollada e interiorizada, pues juntos deben velar por el alcance, aceptación y puesta en práctica por parte de todos los empleados siempre teniendo presente algunas verdades absolutas:
  • La emocionalidad en las marcas es el componente que hoy en día adquiere mayor relevancia a la hora de identificarse con la misma.
  • Es más efectivo llegar a través de conductas que a través de palabras. Ha llegado un punto en el que las personas ya no confiamos en lo que se nos dice y promete; pedimos acciones y no intenciones.
  • Se debe lograr convertir las necesidades que ofrecen los productos y servicios en experiencias positivas para el cliente, quien de este modo no dudará en volver a elegirnos en la próxima compra.
  • El precio y la calidad existen (prácticamente todos la tienen), la preferencia se gana.
  • La implantación ayuda a que un producto sea visto, la presencia tiene un trasfondo más emocional.       
  • La información de un producto o servicio ya no funciona, ahora es la época de la comunicación, de la multidireccionalidad comunicativa, de convertir los mensajes en diálogos y de tu utilizar la tecnología 2.0 para entablar vínculos directos y personalizados con nuestros clientes. No olvidemos que ahora la marca la hacemos entre todos.


lunes, 19 de enero de 2015

"Los ciegos y el elefante"

En la Antigüedad, vivían en la India seis hombres ciegos que pasaban las horas compitiendo entre ellos para ver quién era el más sabio.
Un día, discutiendo acerca de la forma exacta de un elefante, no conseguían ponerse de acuerdo y, como ninguno de ellos había tocado nunca uno, decidieron ir en busca de un ejemplar para así salir de dudas.
Puestos en fila, con las manos en los hombros de quien les precedía, emprendieron la marcha enfilando la senda que se adentraba en la selva. Tras una larga caminata se dieron cuenta que estaban al lado de un gran elefante. Llenos de alegría, los seis sabios ciegos se felicitaron por su suerte. Finalmente podrían resolver el dilema.
El más decidido se abalanzó sobre el elefante con tanta ilusión por tocarlo que tropezó y cayó  contra  el costado del animal.
"El elefante  –exclamó– es como una pared de barro secada al sol"
El segundo avanzó con más precaución, con las manos extendidas fue a dar con los colmillos.
"¡Sin duda la forma de este animal es como la de una lanza!"
Entonces avanzó el tercer ciego justo cuando el elefante se giró hacía él. El ciego agarró la trompa y la resiguió de arriba a abajo, notando su forma y movimiento.
"Escuchad, este elefante es como una larga serpiente"
Era el turno del cuarto sabio, que se acercó por detrás y recibió un suave golpe con la cola del animal, que se movía para asustar a los insectos. El sabio agarró la cola y la resiguió con las manos. No tuvo dudas:
"Es igual a una vieja cuerda" exclamó.
El quinto de los sabios se encontró con la oreja y dijo:
"Ninguno de vosotros ha acertado en su forma. El elefante es más bien como un gran abanico plano"
El sexto sabio, que era el más viejo, se encaminó hacia el animal con lentitud, encorvado, apoyándose en un bastón. De tan doblado que estaba por la edad pasó por debajo de la barriga del elefante y tropezó con una de sus gruesas patas.
"¡Escuchad! Lo estoy tocando ahora mismo y os aseguro que el elefante tiene la misma forma que el tronco de una gran palmera"
Satisfecha así su curiosidad, volvieron a agarrarse en sus hombros y tomaron otra vez el camino que les conducía a su casa. Sentados de nuevo bajo la palmera que les ofrecía sombra retomaron la discusión sobre la verdadera forma del elefante. Tras varias horas de discusión se dieron cuenta que no habían resuelto el dilema inicial, pues todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera y creían que los demás estaban equivocados



La de “Los ciegos y el elefante” es una fábula que seguramente muchos de vosotros ya conocíais. Lo que quizás nos cueste más es pensar en la cantidad de veces en las que habremos actuado como los ciegos de esta historia.  

Esta fábula nos hace ver la incapacidad humana para conocer la totalidad de la realidad y, en muchas ocasiones, equivocarnos por completo al pensar que la única verdad la tenemos nosotros. Cuantas más opiniones existan sobre un tema más se enriquecerá el debate generado y más elaborada y acertada será la conclusión a la que finalmente se llegue. Pero para asegurar el éxito de este proceso es necesaria la intervención de ciertas variables que lo propicien. Me refiero a variables de la propia comunicación como son la escucha activa, el respeto en el turno de palabra, la capacidad de empatizar con quien está hablando, la capacidad integradora y analítica de la información, los procesos de negociación… y también de ciertos valores como son la humildad, la actitud colaborativa, la tolerancia

Es indiscutible por lo tanto que este cuento invita a la reflexión sobre la importancia de la comunicación interpersonal en los equipos de trabajo dentro de una organización. Para poder ser eficientes ante la tarea todos debemos conocer el trabajo que desempeñan los demás miembros del equipo o áreas de la empresa, porque de no ser así difícilmente podremos valorar lo que hacen o dicen y mucho menos opinar sobre ello.

Si los ciegos intentan imponer sus puntos de vista (recordemos que cada uno de ellos está en su propia verdad) nunca se llegará a un trabajo colaborativo y por lo tanto difícilmente se llegará a los objetivos esperados.

En definitiva, cuando os toque trabajar en equipo la primera norma ineludible que debe ponerse en manifiesto es el compromiso de todos los miembros de activar estos mecanismos comunicativos y de respeto mutuo a los que antes hacía mención.


jueves, 8 de enero de 2015

15 refranes para reflexionar durante el 2015

¡Qué rápido pasa el tiempo! 

Apenas hace dos años comencé a escribir en este blog y a pocos días de ese comienzo dábamos paso al año 2013 con 12+1 pensamientos positivos.

El 2014 lo inicié poniendo en práctica los 14 hábitos para ser más feliz durante este año que hemos dejado atrás.

Y hoy, estrenando el 2015, os voy a presentar 15 refranes que nos permiten reflexionar sobre aspectos que se escriben y debaten en este blog. Por ello los he separado en las 4 secciones que como es habitual aparecen en mis dos eBooks publicados y de descarga gratuita. Además, para cada refrán relaciono uno de mis artículos que comparten contenido con cada uno de estos dichos populares.

Espero que os guste y os deseo un muy Feliz 2015!!!

Autoayuda y Superación Personal

1. Agosto y Septiembre no duran siempre
Recuerda que los placeres y la abundancia no duran siempre y que, por fuerza, tras los buenos tiempos llegan los malos, y viceversa.

2. Cuando una puerta se cierra, cientos se abren
Indica la variedad de caminos para lograr objetivos y señala la necesidad de mantener la esperanza ante los imprevistos y las desilusiones.

3. Quien quiera bien vivir, de todo se ha de reír
Recomienda no enojarse ni disgustarse en exceso por las penas y desgracias que puedan sobrevenir. Sugiere disfrutar al máximo sin que los inconvenientes nos amarguen la existencia.

4. Tiempo desperdiciado, nunca recobrado
El tiempo es un bien absoluto pues sucede siempre; el problema consiste en utilizarlo bien o mal. El tiempo no aprovechado es tiempo perdido.

5. Quien con amor trabaja al otro lleva ventaja
Porque trabajar con alegría y afición supone trabajar más y mejor, llegando a conseguir los objetivos marcados.

6. Lo pasado se borró; el presente vívelo y el futuro piénsalo
Está bien recordar el pasado y pensar sobre el futuro, pero sin darle demasiado protagonismo, pues el verdadero protagonista es el presente.


Valores

7. Lo que el niño oyó en el hogar, eso dice en el portal
Alude a la permeabilidad de los niños para fijarse y copiar todo lo que hacen los adultos. Indica la necesidad de prevenir las habladurías, las malas prácticas y obrar en favor de la educación.

8. Haz bien y no mires a quién
Refleja el desinterés de la persona que ayuda y coopera con los demás sin necesidad de pago o deuda.

9. Presumir y no valer es mascar sin comer
Nada se gana con la presunción, sino el desprecio de los demás. Nos recuerda que la humildad debería estar por encima de cualquier beneficio obtenido.


Marca Personal

10. Nunca es tarde si la dicha es buena
Proverbio que da a entender que la espera o la tardanza valen la pena si el resultado final o las consecuencias son positivas.

11. Más vale un hecho que cien palabras
Si tus palabras no convencen, deja que tus acciones hablen por ti.

12. Ten que dar y te vendrán a buscar; ponte a pedir y verás a la gente huir
Siempre tendrás más personas a tu alrededor cuando ofrezcas que cuando pidas.


Comunicación

13. Habla poco y escucha asaz, y no errarás
La sabiduría y la prudencia van unidas y siempre hay algo que aprender.

14. Para que en todas partes quepas, no hables de lo que no sepas
Porque por hablar de lo que ignoras se cometen agravios o se actúa de modo totalmente injusto sobre los demás. Antes de hablar y tomar decisiones debes aprender a respetar ciertas normas de comunicación con tus interlocutores.

15. Atender y entender para aprender
Recomienda prestar atención para obtener conocimientos precisos y útiles. Es una conducta recomendada a los “sabiondos” para que hablan menos y escuchen más, únicos medios de aprender algo.