lunes, 15 de febrero de 2016

Párate, reflexiona y encuentra tu hueco

¿Te has planteado alguna vez que hay algo en lo que eres muy bueno?

Si no lo has hecho nunca, tómate un tiempo para hacerlo. Encuentra ese lugar y ese momento de soledad que te permita reflexionar. Yo necesito estar tumbado, en silencio y preferiblemente con luz tenue, ese es mi mejor ambiente para reflexionar. ¿Y el tuyo? ¿Sabes cuál es?



Una vez estés en disposición de meditar, abstráete de cualquier pensamiento que te bloquee y no te esté dejando fluir. Ahora es el momento de pensar en qué cosa te hace sentir feliz mientras la realizas y, cuando la hayas identificado, trata de ponerla en contexto.

¿Hay alguien a tu alrededor mientras ejecutas esa acción que te hace sentir feliz?

Puede no haber nadie a tu lado, porque la actividad no lo requiera. En ese caso trata de centrar todos los recursos en la actividad y en ti mismo. La actividad te llena y te permite conocerte mejor, aprovecha ambas oportunidades para ser feliz mientras detectas tus puntos fuertes y tus áreas donde deberías mejorar.

También puede ser que existan personas en ese contexto en el que realizas tu actividad. Conocidos o desconocidos, pero al fin de cuenta personas con las que compartes algo, aunque sólo sea el espacio y el tiempo, que ya es mucho. Piensa también en la actividad, en ti como ejecutor de la misma y, en este caso, también en cómo te estarán viendo esas personas con las que compartes escenario. Y del mismo modo, trata de detectar tus puntos fuertes y tus áreas de mejora para llegar al mismo objetivo: conseguir ser un poco mejor como hacedor de la actividad, como compañero y sobre todo como persona.

Quiero que pienses también en cómo te sientes cuando estás dejándote fluir por esa actividad que te hace sentir feliz. Seguramente tengas la sensación de que el tiempo no existe y de que todo es maravilloso. Acabas de ser consciente de que esa es una de tus válvulas de escape, en la que escapas del estrés de la ciudad, del trabajo, de la falta de tiempo, de los problemas familiares, de los personales…

Cuando tengas un mal día o una mala racha, céntrate en esa actividad o actividades que te hacen desconectar de todo lo malo que estás viviendo y, antes de caer enfermo, piensa que siempre es posible encontrar un hueco donde poder evadirse.

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